El arco iris abraza los tejados de la aldea sin
ruido, sin temor a la lluvia.
Se escucha sonido de pétalos de rosas en el bosque
lleno de soledad.
Las estrellas observan a la luna que se apaga entre
un lecho de nubes.
Con su brillante reflejo todo es más bello en el
lago resignado, tranquilo.
Cuando se acercó la tristeza, no se pudo vaciar los
recuerdos olvidados.
Hay un camino
largo que ilumina la Vieja Luna lleno de tristes melodías.
No se ven ni flores ni mariposas. Solo gotas de
rocío sobre los sauces.
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