
Si un escrito produce emoción, pura emoción estética, meta conseguida. Pero, me resulta difícil.
Me gusta reconstruir atmósfera de épocas cubiertas por la niebla de un pasado mágico. Espero que, a mis torpezas sintácticas y ortográficas, se le concedan el calor de lo imaginado al escribir
Colocaré, las flores recogidas en los bosques de cedros, en la repisa de la chimenea, la del humo amarillo, para recibir a los duendes de la inspiración.
Estos escritos florecieron en el aire de un otoño vestido de lluvia tardía.
Planteamiento, nudo y desenlace… sí.
Pero… estas montañas me gritan con chasquidos de dedos entumecidos.
Entre comas y puntos en anarquía, surgen seres nuevos. Al menos un poco de vida tiembla entre el caos ortográfico.
José Álvarez-ATHO-
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