14 octubre 2008

OTOÑO 2008


En el seno de un aire turbio nos acosa la indiferencia. Tras la puerta esmerilada del pensamiento se adivinan señales de añoranza de un tiempo pasado más feliz. Triunfantes en huídas que creemos necesarias, forjamos imágenes de un futuro extraño. En el grito de los tiempos, extraviada la virtud de dar cariño sin esperar nada a cambio, no sabemos sobrevivir al amor verdadero, y perplejos, nadamos apaciblemente en la estupidez.

En este otoño, pergamino amarillo, alguien habrá pasado con su amor, una noche única y sutil, sagrada como la luna. Esa luna, Vieja Luna, que ayer seguramente ignoró que lo de ellos era sincero.

ATHO

2 comentarios:

gaia56 dijo...

El otoño y sus añoranzas nos empiezan a invadir y efectivamente a veces nos sentimos asediados por los sentimientos de haber dado demasiado.
un beso

Anónimo dijo...

Este otoño nos ha conectado,un nuevo pequeño milagro cae del árbol del destino.Me alegra conocer tu sensibilidad.