12 marzo 2010

QUÉ HABRÍA SIDO DE TÍ


¿Amaste más allá de la nube que se agarra a la montaña o amabas lo que ya no podías amar?
Yo sé que, sentada en la otra orilla del viento, viste girar con fuerza los azufaifos.
Las vidrieras góticas, rotas sobre la tumba de tu último amor, no dejan leer su epitafio.
Vives recluida en un anillo de fuego como la valkiria Brunilda, por haber desafiado al destino.
Tus manos llenas de infinitos, ocultan las líneas de un amor soñado. Un espejo de vida te devolverá el encanto de tus deseos, y una lámpara de aceite, hecha con barro del Paraíso, alumbrará tu pasión. Pero, más allá del lóbrego y pedregoso olvido, la renuncia que se cae, te recordará siempre el primer amor.
¿Qué habría sido de ti si no existieran los amores prohibidos?

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