15 mayo 2011

¡POR FAVOR CREEDME!


Esto sucedió.

Búho Gigante se enamoró de Esperanza Incierta, e hicieron el amor hasta el amanecer. Fruto de los amores de estas dos entidades, que no tienen claro sus inclinaciones sexuales, nacieron con el primer rayo de luna, bajo el sauce que el viento trenza sus ramas, sobre una tierra llena de flores rojas, seres con cara de búho y cuerpo de mujer, cabellos de plumas multicolores, pechos turgentes, caderas y piernas de Diana Cazadora. Son callados, de pensamiento profundo y cariñosos, tolerantes; comparten sus riquezas y están dispuestos para el amor. Tanto en el trabajo, como en su vida cotidiana son honestos y fieles cumplidores de su palabra.
Su lugar de residencia es, el Sueño de los humanos que buscan la Felicidad. Por las noches van de un sitio a otro, de un soñador a otro, sembrando, unas veces ilusas e imposibles, otras, amorosas, ricas y poderosas esperanzas que siempre se cumplen. Por el día, descansan a la orilla de las acequias, entre cañas.
Los cañaverales y juncales están llenos. Recogen del viento, nuevos sueños para sembrarlos por la noche. Las serpientes son sus consejeras de sabiduría, los zorros marcan la estrategia para conseguir los fines, los pájaros les enseñan el idioma a utilizar.
Yo no había visto estos seres, conocía su existencia porque un vagabundo me contó la historia. Dijo llamarse Taliesin de Bretaña, desapareció un día de agosto, envuelto en una niebla extraña
Pero... sí, existen. Yo conocí a Xola, un ser extraordinario, de la estirpe del Búho Gigante y Esperanza Incierta. Fueron quince días indescriptibles. Nos amamos intensamente. Yo no sabía amar, ella sí.
Desapareció.
Hacía tiempo que no sé nada de Xola. Ha transcurrido una época que quería olvidarla, fue al principio, ahora anhelo recordar los momentos pasados aquellos días. Siento grandes deseos de volverla a ver y decirle que, si lo que intentaba era que la olvidara, no había sucedo. Si fue cierto, que efectivamente aconteció lo nuestro, o, por lo contrario, no. De ser cierto, le imploraría, que no dañara los recuerdos con la indiferencia.
Mis ansias de verla se hacen insoportables. Empiezo a comprender cuan estúpido fui al no luchar por su amor. Aquel primer olvido, premeditado, había sido mi suicidio mental.
Empiezo a retirar el polvo acumulado de mi memoria, y a mi mente acuden, brillantes, todos los momentos de amor vividos antes. Antes del olvido. En lo más profundo de mi corazón se han depositado los recuerdos apretados entre las piedras arrojadas por cobardía de no confesarle mi locura de amor.
Convertido en arqueólogo de mi alma, no consigo desentrañar el misterio de querer olvidar lo más precioso que me había ocurrido.

Xola me había dicho muchas veces tras descansar de nuestras batallas de amor:
…no te dejes caer en la pasión oscura. Da angustia amar sin querer amar, amarrarse solo al sexo. Es una pasión espesa. No quieras conocer la parte oscura del amor. Muchos hombres quieren -poseer- lo que aman, no aman sin poseer. No debes ser protagonista de una pasión inútil. Tu amor, como causa de algo divino, no debe ser como el de los demás. No te bajes de él, si eso haces, te destruirá.
…el amor es hijo del azar, irremediable. Debes jugar con el amor, no con la pasión, pues tiene las cartas marcadas.
…hay pasiones desenfrenadas que son charcas podridas, no corre el agua limpia. Dentro de ella, nadie vive en sus cabales. Tienes que ser vagabundo del amor, no tener nada para tenerlo todo. Crea amor, busca en él la sensación de lo sublime. Fuera solo existe el Vacío, la Nada. Dentro, estallan relámpagos de cariño que duran toda la vida.

Sí, sí... ahora qué hago yo sin XOLA.

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