30 abril 2013

ESTO QUE ACABO DE ESCRIBIR NO ME GUSTA

 

 

Foto1878

La historia es amarga.

En sus palabras hay crepúsculo triste.

El ciprés se decanta, vacío.

Una náyade brillante y desmelenada, seduce a la Vieja Luna que llora a la oscuridad.

Sonriendo, un cisne, espanta al gusano negro que se desplaza armonioso, sobre mi cuaderno.

Y escribo algún poema. Siembra estéril.

Lanzo lejos, crepúsculos y ausencia, libre de culpas.

Sí, tengo relatos.

Sí, tengo perífrasis alegres encalladas entre las cuadriculas.

Sí, tengo voces de lugares lejanos.

Nada es perecedero en la fantasía de los que intentamos escribir.

Siempre existe una sublime amistad o un bello amor sexual, delicado y respetuoso para relatar, la fábula no morirá arrugada entre colillas de cigarrillos.

El relato, como el sonido de la ocarina, que se baña en los ríos del bosque encantado, no se extraviará en las sombras de las noches aciagas.

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